Ayer, cuando me entere de la noticia del accidente del bus escolar (21 niños aplastados por una retroescavadora), mi corazon se partio.No hallaba la forma de llegar lo mas rapido posible a mi casa para abrazar a esos hijos mios que cada noche esperan ansiosos mi llegada.Apenas Daniel abrio la puerta me abalance a abrazarlo, a besarlo y a decirle cuento, pero cuanto lo amaba. El me miro con su carita triste y me dijo: mami, no gane... habia jugado un partido de microfutbol y asus tre años, el no haber podido siquiera darle una patada a la pelota le represento una perdida. Me sonrei y le dije que eso no era perder, que eso era vivir. Y pense entonces en esos padres que esa tarde habien perdido hasta el motivo para seguir viviendo, quienes perdieron quizas lo unico que les quedaba en la vida.Me solidarizo profundamente, como mujer y mamà, con todas las mamàs que ayer perdieron a sus hijos y me puse en su piel... y me preguntè cuàntas de ellas no los besaron esa mañana, cuàntas otras ni siquiera se levantaron a despedirlos, cuàntas los regañaron por no bañarse o vertirse con prontitud y cuàntas màs los sermonearon por no llevar las tareas completas o los zapatos sin embolar.Esto es una enseñanza para miles de padres que estamos perdidos, inconscientes de lo que significa la vida: la vida plena, la vida que merece ser vivida, una vida de amor, de familia, de armonia, de respeto, de aceptacion, de abrazos, de besos, de palabras dulces y cariñosas para todos aquienes amamos. Que tal si nos proponemos a darles mas amor y menos cosas materiales, que tal si en vez de llegar a revisar cuadernos y dar regaños por el desorden, los tomamos en nuestro brazos y com`partimos lo que hicimos el dia de hoy; que tal si aceptamos nuestros hijos como son sin pretender cambiarlos, que tal si en vez de cantaleta les hablamos con dulzura, que tal si todas las noches nos quedamos a su lado acariciando sus manitos y su carita hasta que se duerman, que tal si pensamos menos en las califacaciones y mas en que aprender es una aventura fascinante; que tal si nos da igual el 5 que el 1, el sobresaliente o el insuficiente porque lo que hay en el corazòn y en el alma de cada hijo no tiene nota, no tiene precio, que tal si aprendemos de una vez por todas a disfrutar a nuestros hijos con el poco o mucho tiempo que nos quede, que tal si nos decidimos a amar a esos seres pequeñitos que la vida nos presta.No me importa ni me importara nunca mas si Daniel es el mejor o el peor de su clase, si tiene buena o mala motricidad fina y gruesa, si pronuncia bien o no se le entiende nada. Conozco su corazòn bondadoso, su ternura, su nobleza; sè cuanto ama a su hermana, a sus papas, se que es un niño alegre hermoso y feliz. Y lo amo como es.Amo a Lina, en su cuerpo de mujer y su alma de niña, no sera la mejor estudiante, ni la mas ordenada, pero tiene un alma transparente, generosa y noble, una solidaridad por el dolor de otros, una vocaciòn dfe servicio a su pais, y eso, vale mas que cualquier cosa. No me importa cuan grande sea, la abrazarè y la besarè como si fuera aùn esa bebè que un dìa llegò a mi vida, a transformarlo todo.Esta mañana cuando despedi a Daniel y a Lina para que se fueran a estudiar, los puse en manos de Dios. Y me dije en silencio: Si no los vuelvo a ver es el ultimo mejor dia de nuestras vidas.Gracias Dios por permitirme aprender del dolor de otros.Son las 12 del dia y ansio llegar a mi casa esta noche, para volver a verlos, acariciarlos, jugar, conversar, comer juntos, darles mi amor y recibir toda su ternura y cariño. Y asi la casa este al reves los juguetes tirados, las tareas sin hacer... solo sonreirè, pasarè con cuidado por encima del desorden y me abalanzarè a abrazarlos antes de empezar a recogerlos juntos. Para eso. para eso, Dios me regalò a mis HIJOS!Alicia Lorente . Colombia Abril 29/04