Después de haber leído la novela de James Redfield y leer muchos de los comentarios que circulan en la red sobre dicho libro, la película y el tema que allí se trata; solo me queda por decir que es lógico que en una película no se logre expresar todo que en un libro se encuentra, dado su reducido formato y que es lamentable que entre las personas que se encuentran en la búsqueda de su crecimiento interior, cosa evidente ya que llegaron a este documento o algunos similares, aun no hayan podido dejar de lado su critica destructiva y caníbal.
Para afrontar este tipo de documentos debemos asistir con la idea de beneficio de inventario, lo que quiere decir que extraigamos el aporte a nuestro crecimiento y al descubrimiento de la verdad absoluta sobre la energía y no nos dejemos llevar por nuestras ínfulas de críticos literarios frustrados o de rigurosos científicos racionalistas, posición que ha llevado a la humanidad por los caminos tortuosos que ha transitado hasta ahora.
El señor James Redfield me ha demostrado con su novela que es un conocedor de estos vericuetos de la Energía y del desarrollo de su conexión a través de la historia colectiva e individual del ser humano y que como cualquiera de nosotros, los que ya manejamos ciertos temas, ha tratado de tejer una historia novelesca para poder explicar estas verdades que toman cada vez más relevancia en nuestras vidas. El hecho de que sus personajes carezcan de peso en sus personalidades y que la historia entre ellos denota que no fue escrita por un Gabriel García M, no le resta respetabilidad a las descripciones y explicaciones que Redfield ofrece sobre como debemos afrontar el cambio del nuevo milenio.
Espero que muchas personas se enfrenten a la lectura de este libro y descubran muchas cosas a las que no habían dado explicación en sus vidas, otras que han llegado de forma inconsciente y comprender finalmente en que momento de esta evolución se encuentran.
Para afrontar este tipo de documentos debemos asistir con la idea de beneficio de inventario, lo que quiere decir que extraigamos el aporte a nuestro crecimiento y al descubrimiento de la verdad absoluta sobre la energía y no nos dejemos llevar por nuestras ínfulas de críticos literarios frustrados o de rigurosos científicos racionalistas, posición que ha llevado a la humanidad por los caminos tortuosos que ha transitado hasta ahora.
El señor James Redfield me ha demostrado con su novela que es un conocedor de estos vericuetos de la Energía y del desarrollo de su conexión a través de la historia colectiva e individual del ser humano y que como cualquiera de nosotros, los que ya manejamos ciertos temas, ha tratado de tejer una historia novelesca para poder explicar estas verdades que toman cada vez más relevancia en nuestras vidas. El hecho de que sus personajes carezcan de peso en sus personalidades y que la historia entre ellos denota que no fue escrita por un Gabriel García M, no le resta respetabilidad a las descripciones y explicaciones que Redfield ofrece sobre como debemos afrontar el cambio del nuevo milenio.
Espero que muchas personas se enfrenten a la lectura de este libro y descubran muchas cosas a las que no habían dado explicación en sus vidas, otras que han llegado de forma inconsciente y comprender finalmente en que momento de esta evolución se encuentran.
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